Se cumplió la primera de una serie de marchas contra el cierre de boliches a las 4. Los chicos, en su mayoría estudiantes, pidieron una audiencia al gobernador. Participaron padres en la manifestación. En calma.
Los chicos plantean que la disposición del Gobierno generó el aumento de los riesgos que corren cuando salen por las noches.
Con una sentada en Santiago del Estero y 25 de Mayo y una marcha desde ese lugar hasta plaza Independencia, más de un centenar de jóvenes iniciaron ayer una movilización que apunta a conseguir que el Gobierno extienda más allá de las 4 AM el cierre de los boliches.La protesta se llevó a cabo en forma pacífica y, luego de dar una vuelta alrededor de la plaza -donde se sumaron otros grupos que habían concurrido por su cuenta- los jóvenes entregaron en la Casa de Gobierno una nota con un pedido de audiencia al gobernador, José Alperovich. Esta fue recibida directamente en la secretaría privada del mandatario.Hernán Iramain, uno de los referentes del grupo organizador, señaló que las marchas se harán todos los viernes, a la misma hora (a las 12), con la concentración en Santiago del Estero y 25 de Mayo, para ir desde allí hasta la plaza. “Queremos que nos escuchen. No vamos a protestar de manera violenta. Al contrario, buscamos una mesa de diálogo con el gobernador o con el ministro de Seguridad para explicar nuestro punto de vista sobre el tope horario”, señaló.En la plaza, Iramain leyó los fundamentos de la protesta. Destacó que si los boliches pueden cerrar más tarde del horario dispuesto a las 4, “se evitarán las fiestas clandestinas; la confusión entre estas y las fiestas privadas; la inseguridad que generan los sitios donde se hacen las after hour y la falta de transporte público; la falta de inversiones por parte del sector empresario dedicado a las discotecas, bares y confiterías; y el descontento se jóvenes y de padres”. La mayoría de los chicos que manifestaron son estudiantes secundarios y universitarios. Uno de ellos, Augusto Molykens, de la Facultad de Derecho, expresó que la medida del tope horario “viola los derechos humanos porque le quita sus libertades al pueblo”. “El gobernador siempre habla de los humildes, pero parece que no se da cuenta de que muchos chicos no tienen plata para tomar un taxi para volver a su casa y están forzados a deambular hasta las 6 de la mañana, cuando comienzan a circular los ómnibus”, agregó Claudio, quien prefirió no dar su apellido.Cynthia Ortiz, a su vez, contó que se enteró de la marcha por LA GACETA. “Vinimos con nuestros compañeros porque es importante que nos escuchen. ¿Por qué pretenden cambiar nuestros hábitos por decreto?”, dijo.“Somos los padres los que tenemos que ponerles los límites a nuestros hijos y no el Gobierno. Además, este tope horario también nos afecta a las personas mayores que trabajamos y que tenemos derecho a disfrutar de una salida hasta la hora que querramos”, puntualizó Graciela Maldonado, quien fue a la marcha con sus dos hijas adolescentes.Contra el IPLAOtras dos madres, Adriana Guerrero y Marta Correa, también acompañaron a sus hijos. Pero, en su caso, a la protesta por el tope horario le sumaron el reclamo por los procedimientos del IPLA. “Mi sobrino festejó su cumpleaños en la casa de mi hermana, en Mendoza al 1.200. Era una fiesta privada. Los padres del chico estaban durmiendo arriba. A pesar de eso, la Policía tiró la puerta abajo, golpeó a los chicos, secuestró las cervezas y el equipo de música, y revolvió bolsos y otras cosas de mi hermana. No tienen derecho a hacer eso”, dijo Correa.
Fuente: La Gaceta
sábado, 6 de octubre de 2007
Salieron a la calle para pedir que se extienda el tope horario
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